Si tenemos cierta familiaridad con el mundo del marketing, es probable que hayamos oído hablar del neuromarketing, una disciplina que ha estado influyendo significativamente en los procesos de investigación y ventas de las marcas durante bastante tiempo. En este artículo, descubriremos cómo el neuromarketing afecta nuestro comportamiento diario de compra sin que siquiera seamos conscientes de ello.
Para reflexionar sobre este tema, imaginemos un escenario común para todos: el supermercado, donde acudimos frecuentemente para adquirir productos de la canasta básica y satisfacer nuestras necesidades. Aquí es donde el neuromarketing y el comportamiento del consumidor dejan su huella, especialmente cuando observamos los productos.
Es común encontrarnos con productos de una misma categoría, que incluso pueden parecer muy similares a simple vista, pero que tienen precios distintos. Entre ellos, siempre hay alguno que destaca por una característica concreta, que lo convierte en la elección preferida del consumidor. Analicemos algunos ejemplos concretos.
- Tomemos, por ejemplo, los huevos en el supermercado. A simple vista, pueden parecer similares, pero si nos tomamos un momento para leer el etiquetado y comparar, descubriremos que algunos tienen precios más bajos que otros. La diferencia de precios se debe, en gran medida, a cómo se presentan ante el consumidor. Los huevos más económicos pueden no enfatizar su origen ni las condiciones de producción, mientras que los más costosos destacan que son 100% naturales, provenientes de animales criados en condiciones cómodas y respetuosas con su bienestar.
- Este patrón se repite en numerosos productos, especialmente aquellos de origen natural, donde se hace hincapié en su impacto en la salud o en su proceso de fabricación. Esto adquiere especial relevancia en los productos de origen animal, ya que cada vez más personas se preocupan por el bienestar animal y buscan opciones que reflejen sus valores éticos al consumir carnes y derivados.
- El neuromarketing se enfoca en generar un valor agregado a los productos, apelando a los sentimientos y emociones del comprador. Volviendo a los ejemplos mencionados, se busca impactar a los ambientalistas y defensores de los derechos de los animales, generando una sensación de responsabilidad hacia el medio ambiente y el bienestar animal. De igual manera, se apunta al público interesado en el fitness y la salud, proporcionando una sensación de exclusividad al acceder a productos de aparente mayor calidad y origen.
Es así como, desde los productos más básicos, el neuromarketing se encarga de ejercer un impacto sutil pero poderoso en la mente del consumidor, influyendo en sus decisiones de compra de manera invisible.
La próxima vez que visites un supermercado, te invito a que observes por ti mismo: compara precios y empaques, y estarás sorprendido de cómo el neuromarketing juega un papel fundamental en cada rincón del establecimiento. Está presente en formas que menos esperamos, moldeando nuestras elecciones diarias sin que nos demos cuenta.
