La palabra ‘marketing’ es un término que, en los últimos años, ha tomado una gran relevancia, ha roto las fronteras de nuestro campo se ha instalado en la cultura popular como algo relacionado a las ventas, sin embargo, como sucede con todas las cosas que se popularizan, este término ha estado sujeto a variaciones e interpretaciones, debido a su gran esparcimiento por la opinión pública.
Es aquí, como expresaremos de manera rápida, cuáles son las diferencias entre estas dos y el papel que juegan en este proceso.
En primer lugar, hay que aclarar que el marketing es la disciplina que se enfoca en exponer y comunicar los beneficios y las características de los productos, estos, combinados con el factor económico de compra y de venta, este, es la base.
Después, y no menos importante, entra el llamado marketing emocional, o también llamado publicidad, esta disciplina, ya tiene un enfoque más apegado al valor intangible y el valor emocional que le pueden dar a los productos y la marca de cara a los usuarios, este, fue por mucho tiempo lo más cercano que existió al estudio y entendimiento de los comportamientos y tendencias del consumidor.
Por último, y el más reciente, es el neuromarketing, este se enfoca, desde una base científica, en estudiar los estímulos sensoriales, el origen y la aplicación de las emociones en un entorno de consumo y la medición de factores neuronales en la toma de decisiones.
Dicho de esta manera, parece que cada uno tiene un enfoque y un uso diferentes, sin embargo, todos son parte del proceso de comunicación de las marcas, cada uno necesita del otro para obtener los mejores resultados mejores resultado posibles, pero siempre, en una campaña de comunicación óptima habrá que tener en cuenta estos tres enfoques.
Por último, de manera concreta, hay que decir que el marketing tradicional se enfoca en la exposición del producto con sus características técnicas y sus precios, mientras que el neuromarketing se encarga de estudiar el posible impacto neuronal y emocional de los productos en los usuarios, a día de hoy, no hay que pensar en cada uno por separado, hay integrar a los dos como parte del proceso.